Visitamos Guadalest en febrero. Fue una visita corta, pero muy, muy agradable, en gran parte porque la recepción que nos dio Toni fue excepcional. Desde el momento en que llegamos, hasta que nos fuimos, no faltó un solo detalle. Nuestra habitación era super cómoda, la cocina excelente, y las vistas desde nuestra habitación y la terraza donde tomamos el desayuno maravillosas. Sofía y Toni se lucen con la comida, tanto el desayuno como la cena, con un fuerte énfasis en los ingredientes y la riqueza gastronómica de la región. Nos encantó y - sin duda alguna -volveremos con nuestras hijas y sus parejas para que conozcan Guadalest y Cases Noves.