La ubicación es excepcional, vistas al mar y al castillo de Guadalest. El edificio está decorado con todo detalle, con estancias comunes para escuchar música, leer, descansar junto a la chimenea... La habitación cuenta con todo lo necesario para pasar una estancia tranquila y descansar. El trato recibido por Toni y Sofi excepcional, te hacen sentir como en casa. El desayuno y las cenas buenísimas, cocinadas con productos autóctonos de gran calidad y mucho cariño.Es un sitio muy recomendable para pasar un fin de semana tranquilo, hacer rutas por los alerededores y visitar Guadalest.