El hotel es encantador. Toni y Sofi hacen que la estancia en su alojamiento sea toda una experiencia. Las cenas exquisitas con productos de la zona y encima de la huerta de Justo al lado. Los desayunos, de verdad: para “vivirlos”
Se nota cuándo la gente ama lo que hace. Agradecidos de habernos dejado mimar en este establecimiento tranquilo perfecto para una escapada
Carmen Sanmartín